Haciendo el camíno, subiendo una larga cuesta, llegabamos a una puerta donde un bar pa comer y tomar algo. Mis compañieros ma habían precedidos y ya estaban sentados a una mesa, entendí Pierrot empezando con "bonjour, una therfessa y un toníc" y yo, queriendo guardar la máxima distancia posible con Gabachos etc. me senté, a solas, a la barra. Pregunté al dueño, ocupado él a rellenar un tubo de Mahou del grifo, "¿hace usted algún bocadillo?" pero él, con un gruñido de los mas expresivos, me hice comprender que era muy ocupado.
Vale. Aguardé mi turno, o mejor dicho, el momento adecuado para repitir mi pedida... "Por favor, Señor, ¿hace Usted algún bocadillo, quizá con queso y jamon y tomate?" El respondí "No tenemos tomate"; "Pues, vale, sín tomate, muchas gracias, y una caña por favor".
Regresé con un gran bocadillo. ¡Con tomate, ademas! Muy rico, pues tenía mucho hambre; es que andar cuatro horas abre el apetito... y pan, queso, jamón y unas lonchas de tomate hacen un conjunto rico; especialmente el tomate asuavisa el conjunto...
Dispuesto a complacer al dueño, le di "¡hombre, muy rico, su bocadillo con tomate!
Gruñí él: "no hay tomate".
Después hubo unos jovenes, les pregunté de donde eran, de Leon, "ah, el húmedo" nos rieron bastante, charlando un rato de muy buen humór... ya el dueño aparecí más amable.
Supongo que a él no le gustan los guirís...
Tuesday, October 6, 2009
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